Adolescentes sanos. Adultos productivos

La adolescencia es la etapa ideal para prevenir la aparición de enfermedades y controlar factores de riesgo que después pueden limitar y comprometer seriamente la vida como adultos

Foto tomada de la fuente

Foto: tomada de la fuente

Casi dos tercios de las muertes prematuras y un tercio de la carga de morbilidad total de los adultos tienen que ver con condiciones o comportamientos que se inician en la juventud, incluidos el consumo de tabaco, la falta de actividad física, las relaciones sexuales sin protección o la exposición a la violencia. De modo que una vida más larga y productiva depende, en gran medida, de la promoción de prácticas saludables durante la adolescencia y los esfuerzos que se hagan por prevenir y determinar riesgos de forma temprana. Si a esto le sumamos, que una de cada cinco personas en el mundo es un adolescente y el 85% de ellos vive en países en desarrollo, la adolescencia podría ser considerada un tema de gran interés para la salud pública.

“El período de la adolescencia es excelente para practicar la medicina preventiva al promover el desarrollo físico, mental, emocional y social óptimos. Por tanto, durante la adolescencia se deben estimular estilos de vida saludables y patrones de conducta positivos en las áreas de actividad física, nutrición, sexualidad, estudios, familia, relaciones con los amigos y, además, prevenir conductas de riesgo indeseables como fracaso y abandono de los estudios, uso de tabaco, alcohol y otras drogas, inicio temprano de actividad sexual, embarazo precoz y delincuencia”, enumeran los doctores Jorge Rísquez y Ricardo Montiel de la Clínica de la Adolescencia.

Además de las enfermedades que comúnmente pueden ocurrir a cualquier edad, la mayoría de los problemas durante la adolescencia surgen de los cambios biológicos intensos.  Existe una serie de condiciones propias del crecimiento, desarrollo y maduración que se asocian a la aparición de afecciones específicas a esta edad o más tarde en la vida adulta y que de ser detectadas podrían corregirse a tiempo.

La coordinación con otros especialistas como psicólogos, nutricionistas, endocrinólogos,  ginecólogos infanto juvenil, traumatólogos ortopedistas, ortodoncistas y dermatólogos, entre otros, es fundamental.

LOS EXÁMENES

En países como Venezuela, donde el inicio de la pubertad ocurre a menor edad -aseguran los especialistas- se recomienda iniciar su evaluación tan pronto aparezcan los cambios puberales que son la presencia de vello pubiano, botón mamario, olor y vello axilar, entre otros.

La evaluación médica contempla, en primer lugar, los exámenes de laboratorio que deben medir, entre otras cosas, colesterol, triglicéridos, anemia, glicemia, tiroides y enfermedades de transmisión sexual, si el adolescente ha iniciado su vida sexual. Los especialistas indican igualmente radiografía de tórax para ver los pulmones y el corazón. Si el joven sufre de asma, se mide también la capacidad pulmonar y en el caso de jóvenes con antecedentes de enfermedades cardíacas, se indica un electrocardiograma.

Se suele también recomendar radiografías de la columna vertebral para evaluar el potencial de crecimiento del paciente y determinar cualquier desviación a tiempo. Es imprescindible revisar los genitales externos, hacer eco abdominal y mamario; y en el caso de las jóvenes que ya son sexualmente activas se realiza la citología.

También se puede acudir al oftalmólogo para evaluar la visión e indicar lentes si es necesario y al otorrinolaringólogo para medir, entre otras cosas, los niveles de audición, los cuales pueden verse afectados por el uso de audífonos. Si el adolescente tiene acné debe acudir al dermatólogo para determinar el grado y su tratamiento. Con la proliferación de condiciones nutricionales como la obesidad, anorexia o bulimia, es importante llevar el control de peso y determinar el Índice de Masa Corporal.

Se exhorta además a realizar un refuerzo de vacunas como las de rubéola, sarampión y parotiditis entre los 10 y12 años; y Toxoide Tetánico entre los 14 y16 años. Refuerzo o serie completa de hepatitis A y B, y varicela; y Test de Tuberculosis (PPD) cada dos a tres años.

Las evaluaciones de rutina se recomiendan con una periodicidad de al menos dos veces al año en la etapa puberal (adolescencia temprana y media, entre los 10 y los 16 años) y anual al terminar ésta, o con la periodicidad que el médico indique de acuerdo con las necesidades de cada caso en particular.

¿QUÉ SE EVALÚA?

1. La relación del adolescente con la familia, colegio y amistades.

2. Antecedentes personales y familiares y su estado actual de inmunizaciones.

3. El desarrollo sexual para ubicarlo dentro del contexto psicosocial (temprano, medio o tardío).

4. El potencial de crecimiento.

5. La visión y audición, que puede disminuir con el volumen de los reproductores de música y el nivel de ruido en las discotecas.

6. El nivel de colesterol, triglicéridos en especial cuando existen antecedentes familiares.

7 Los problemas menstruales, respiratorios, de tiroides, alteración del sueño, acné, y hasta los signos de depresión.

8. La presencia de anemia, control del peso, y del Índice de Masa Corporal para determinar la salud nutricional.

DATO

Se estima que por encima de los 14 años, el 16% de los adolescentes siente dolor de cabeza una vez por mes.

SABÍAS QUE…

Según la Asociación Española de Pediatría (AEP) los jóvenes dejan de acudir al pediatra entre los 14 y los 16 años y pasan a ser atendidos por el médico de familia o el internista. Esto provoca que más del 80% de los adolescentes de entre 14 y 18 años no acuda al médico por desconfianza o miedo a la falta de confidencialidad.

LOS FACTORES DE RIESGO

De acuerdo con la OMS, existen diversas problemáticas psicosociales que afectan especialmente a los jóvenes y que pueden comprometer su desarrollo como adulto productivo. Entre ellas:

• Embarazos y partos prematuros: Todos los años, alrededor de 16 millones de niñas de entre 15 y 19 años dan a luz, lo que representa aproximadamente el 11% de todos los nacidos en el mundo.

• Malnutrición: Muchos niños de países en desarrollo comienzan la adolescencia, desnutridos u obesos, siendo más vulnerables a la enfermedad y a la mortalidad prematura.

• Salud mental: Al menos 20% de los jóvenes padecerá alguna forma de enfermedad mental como depresión, trastornos del estado de ánimo, abuso de sustancias, comportamientos suicidas o trastornos alimentarios.

• Consumo de tabaco: La gran mayoría de los consumidores de tabaco de todo el mundo empieza a fumar durante la adolescencia. Actualmente, más de 150 millones de adolescentes consumen tabaco.

• Consumo de alcohol: El consumo nocivo de alcohol es una de las principales causas de traumatismos (incluidos los provocados por accidentes de tránsito), violencia y muertes prematuras.

• Violencia: Entre los jóvenes de 15 y 19 años, el suicidio es la segunda causa de muerte, seguido de la violencia en la comunidad y en la familia.

• Traumatismos y seguridad vial: Los traumatismos involuntarios son una de las principales causas de muerte y discapacidad de adolescentes; accidentes de tránsito, ahogamiento y quemaduras son los tipos más comunes.

Fuente esteticaysalud