Detectar la intolerancia al gluten

La enfermedad celíaca origina una serie de síntomas de debilidad, pero las personas afectadas pueden recuperarse totalmente si siguen una dieta apropiada sin gluten

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La comúnmente llamada Intolerancia al Gluten es la enfermedad celiaca, EC o Celiaquía, definida como un proceso muy frecuente de naturaleza auto inmune que afecta sistémicamente y se presenta como la única enfermedad dentro del amplio grupo de procesos auto inmunitarios del que se conoce su origen concreto y es la intolerancia permanente al gluten, que se da por una susceptibilidad genética.

El Gluten es un conjunto de proteínas que se encuentran en la harina de diversos cereales, principalmente el trigo, también en la cebada, el centeno y la avena, e igualmente en sus múltiples variedades e híbridos, como la espelta, el kamut y la escanda. Presenta una inflamación crónica y difusa de la mucosa que recubre el intestino delgado, y está comprobado que no es una enfermedad digestiva, sino que presenta una frecuente afectación sistémica, con síntomas muy variados y combina procesos patológicos que incluye muchos sistemas y órganos.

Hasta hace poco se trataba de una enfermedad poco frecuente que afectaba principalmente a niños, pero actualmente se le conoce con una alta incidencia que afecta del 1 al 2% de la población mundial, a nivel general. Tiene una base genética muy bien definida y puede aparecer en cualquier momento de la vida, igual en niños y en adultos y según estadísticas, un 20% de los casos diagnosticados se dan en adultos que pasan los 60 años.

Estos son los síntomas más reconocidos para detectar esta intolerancia:

  • Falta de apetito.
  • Dolores abdominales o calambres. Se plantea como uno de los síntomas más difíciles de detectar, por la incapacidad de los niños de describir exactamente el origen del dolor.
  • Náuseas y vómitos después de comer.
  • Distensión abdominal y  gases, o sensación de tener la tripa hinchada.
  • Cambios en las heces de manera frecuente, como estreñimiento o diarrea.
  • Pérdida de peso repentina. Algunos niños presentan dificultades para ganar peso de manera normal.
  • Aumento del nivel de cansancio o fatiga (astenia) y falta de ganas para salir a jugar o hacer actividades junto a otros niños.
  • Úlceras en la boca de manera recurrente y daños en el esmalte de los dientes.
  • Crecimiento por debajo de lo normal comparado con  niños de su edad, presentan huesos frágiles que tienden a romperse.
  • La pubertad suele llegar más tarde.
  • Dermatitis herpetiforme, una enfermedad cutánea que aparece solamente en las personas celíacas, y que se suele traducirse en eczemas en las rodillas, las nalgas y los codos.

Dado que los síntomas son variados y no específicos, como aletargamiento, irritabilidad y molestias intestinales, es posible que en muchas personas la intolerancia al gluten no haya sido diagnosticada. En ocasiones, se diagnostica en etapas avanzadas de la vida.

Aunque los síntomas pueden presentarse antes incluso de los tres años, la mayoría de niños no son diagnosticados hasta los nueve. El diagnóstico precoz es fundamental para poner freno a la enfermedad, y evitar que se produzcan daños más graves sobre el intestino del niño.

Antes se solía creer que este trastorno afectaba a 1 de cada 1.500 personas; sin embargo, estudios recientes revelan que los análisis de sangre de 1 de cada 100 personas presentan indicios relacionados con esta afección. Si bien para confirmar el diagnóstico es necesario realizar una endoscopia y biopsias del intestino, cabe conjeturar que es probable que muchas personas padezcan esta enfermedad sin saberlo.